COMERCIO Y POBREZA



El ensayo realizado por el economista Jeffrey G. Williamson  presenta distintas maneras a través de las cuales se puede comprender los distintos factores que impulsaron, favorecieron y acabaron por determina la gran divergencia existente entre las potencias de la periferia pobre , y aquellas situadas dentro de las consideradas como "procedentes del centro industrial rico"  víctimas de un proceso de desindustrialización.


El autor nos ofrece una explicación razonada de las causas que dieron lugar a que el aumento del comercio mundial que se desarrolló entre comienzos del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial condujera a una divergencia cada vez mayor entre los países ricos y los pobres que forman lo que hoy llamamos el “Tercer Mundo”. Sus conclusiones acerca de la relación entre globalización y pobreza, basadas en un impresionante estudio cuantitativo, fruto de largos años de investigación, no sólo iluminan el pasado, sino que ofrece un valioso diagnóstico sobre la desigualdad en el mundo actual.  Así es valorado por otros como William Easterly que dice: “Nuestro mayor historiador económico ha escogido el momento adecuado para condensar el trabajo de su vida”. Los hallazgos de esta gran obra resultan indispensables para iluminar los debates actuales sobre desarrollo y pobreza.

Williamson menciona a la gran influencia que supuso el desarrollo de los medios de transporte para el desarrollo comercial internacional. Lo ejemplifica presentando a la máquina de vapor como la que consiguió generar un gran aumento de la demanda y en consecuencia de la producción. 

Además señala como la integración de los mercados explica el rápido crecimiento económico que caracteriza las relaciones comerciales internacionales a partir del 1700.


A continuación el autor trata de explicar la dependencia del comercio hacia la estabilidad política variaciones estructurales en la economía de los países o cambios en la demanda interna de los mismo.


Williamson también se esfuerza por resaltar como unas instituciones favorables para el comercio, unos mercados eficientes o facilidades para acceder al capital extranjero genera que la tasa de crecimiento de un país sean altas.
Estas instituciones promueven la libre circulación de bienes, servicios y capitales, lo que a su vez impulsa la innovación, el empleo y el crecimiento económico. Esto se debe a que el comercio internacional permite la división del trabajo entre los países, lo que hace que sean más productivos y competitivos, generando de esta manera una mayor demanda de productos, mejorando la producción y el empleo. Además permite mejorar los niveles de vida de la población y crear incentivos para la inversión extranjera directa, lo que contribuye al crecimiento económico y al desarrollo.

Aparece la teoría de David Ricardo de las ventajas comparativas que explica como los países tienen diferentes recursos y habilidades, lo que les permite producir ciertos bienes y servicios con menos costes que otros países. De su planteamiento se deduce que sí es cierto que todos los socios comerciales se benefician de su actividad mercantil las operaciones de comercio realizado a lo largo del siglo XIX deberían haber incrementado en todas partes el PIB del tercer mundo al menos a corto plazo.
Así los países sin posibilidad de acceso directo al mar y carentes de vía férreas o fluviales tendrían una menor actividad comercial y obtener por tanto menos beneficios, lo que estaban muy alejados del mercado europeo también realizarían un menor número de transacciones y sacarían una menor ventaja sin embargo todos los países de la periferia salieron ganando ya que cuanto más elevado fuera el precio que un país del Tercer Mundo alcanzará a obtener por su exportaciones y cuanto más bajo fuera el precio que tuviera que pagar por sus importaciones, mayores serían los beneficios logrados.


Posteriormente Williamson evidencia como entre 1815 y 1860 se produce la innegable desindustrialización por la influencia de tres factores : la finalización de la guerra napoleónicas, la introducción de mejoras en la productividad de los mercados exteriores y las políticas liberales aplicadas. Mientras tanto Gran Bretaña se centraba en establecer acuerdos comerciales con el mayor número de naciones periféricas para dar salida a sus manufacturas. Es así como la situación mexicana es objeto de estudio para Jeffrey Williamson quien reconoce allí como la explosión comercial generó la desindustrialización de la periferia por el desencadenamiento del síndrome holandés .Sin embargo resalta también como las fuerzas locales contrarrestaron sus efectos ya que se mantuvo la competitividad de su salarios y se poseía una autonomía política que permitían tomar medidas vinculadas a fomentar la industria y el crecimiento económico.

Aquí también el autor destaca la importancia de la desigualdad y como la distribución de los recursos naturales encasilla la población en aquella procedente del centro industrial rico o del pobre.
Para finalmente resaltar los efectos de la volatilidad de los precios que afecta más a los países tercermundistas (por dedicarse a la explotación del sector primario y recursos naturales) y como esto es negativo para el crecimiento de los países pobres ya que genera inestabilidad económica.
Esto intentó ser paliado en los países de la periferia con recortes en salud y educación que supone una pérdida de capital humano a largo plazo. Así los gobiernos pobres tuvieron grandes dificultades para adaptarse a la necesidad del momento.


Finalmente Williamson concluye puntualizando la dedicación prioritaria por parte de Europa a los productos manufacturados mientras que la correcta actuación de la periferia pobre permitió a estos países tercermundistas explotar adecuadamente sus recursos especializándose en productos agrícolas, pese a verse más afectados por la volatilidad de los precios y frecuentes oscilaciones.
Recuerda también la Real divergencia que existe entre las naciones más destacadas de la Europa occidental y los países de la periferia pobre donde se observa una gran diferencia entre el nivel de vida y renta per cápita. Y a fin de cuentas proporciona todas las herramientas a su alcance para hacernos entender que la causa de la desindustrialización de los países pobres fue la explosión comercial y que generó a su vez un aumento en la desigualdad que aún hoy en día intenta ser paliado.














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