SUDESTE ASIÁTICO COMO FOCO DEL FUTURO ECONÓMICO MUNDIAL



¿SE CONVERTIRÁ EL SUDESTE ASIÁTICO EN EL EPICENTRO DE LA ECONOMÍA?         
Un futuro incierto que está en la mente de todos.



A principios del curso, realicé un informe basado en explicar la evolución económica experimentada en los países que conforman la zona del Sudeste asiático, a decir, Indonesia, Camboya, Malasia, Myanmar, Brunei, Laos, Filipinas, Tailandia, Singapur y Vietnam. Estos países se unieron en 1967 creando la Asociación de Naciones del Sudeste asiático (ASEAN), con el objetivo de acelerar el crecimiento económico, el progreso social y la cooperación cultural en la región. 

En primer lugar, la variable económica imprescindible a estudiar para proceder con la función de producción es, el PIB per cápita, indicador macroeconómico de productividad y desarrollo económico. A través del análisis realizado, se puede contemplar a Singapur como la nación más rica y le prosigue Brunei. Esta riqueza se debe en gran parte al altísimo grado de libertad económica por dos aspectos concretos de su economía: la baja presión fiscal y el reducido tamaño del Estado. Al otro lado de la balanza, se encuentra Myanmar, el país con menor PIB per cápita. Décadas de mala gestión, aislamiento y estancamiento económico, además de niveles educativos pésimos, son una de las principales causas de la pobreza en esta región. Cabe destacar, el cumplimiento de la hipótesis de convergencia, el cual predice una relación negativa entre el PIB per cápita y el crecimiento medio del PIB per cápita. En este caso, los países con menor PIB, Myanmar y Camboya, son los que más tasa tienen. Esto muestra, como a pesar de ser países pobres, tenderán a tener un crecimiento económico más rápido ya que les será más fácil, que aquellos como Singapur.




En segundo lugar, otra variable de gran importancia que influye en la función de producción es la tasa de inflación. Tiene una gran relación con el PIB ya que la inflación es causada por un incremento en la demanda global del país. El país que encabeza el ranking con mayor tasa en 2020 es Laos (5,10) y le prosigue Vietnam (3,22). Si bien la inflación está presente, no se prevén subidas adicionales de precios en los mercados emergentes asiáticos, pues se espera que se ralenticen los aumentos salariales en un entorno de crecimiento más moderado y mayores niveles de deuda privada. La caída en las tasas de inflación ya ha sido evidente en la mayoría de las economías abiertas del sudeste asiático, incluyendo Singapur y Tailandia o en regiones como Malasia, cuyo índice de precios al consumo cayó un 1,14% en 2020 considerándose una de las mayor caídas.



Siguiendo la línea de la función de producción, cabe resaltar, el gasto en investigación y desarrollo. Estas inversiones son fundamentales para los sectores productivos de los países, en la medida que disminuirán a futuro los requerimientos de capital y se crearán productos innovadores. Cabe subrayar Singapur en 2019, que apostó por el desarrollo de la industria de la propiedad intelectual. Este índice es clave ya que las nuevas tecnologías pueden impulsar las economías en desarrollo del sudeste asiático. Es el caso de Tailandia, que ha apostado por invertir más en I+D ya que lo consideran como esencial para enfrentarse a todo el resto de problemas.



Avanzando en el informe, el índice de complejidad posee una relación directa con el PIB ya que, una mayor complejidad de las actividades productivas dará lugar a un mayor conocimiento lo que conlleva a una mayor capacidad para que crezca la economía. Además de seguir resaltando Singapur, gracias a la ubicuidad y la diversidad de los productos y servicios que exportan su economía, se encuentran ciertas diferencias en cuanto al resto de países de la ASEAN. Camboya, Laos o Myanmar (sin datos) , permanecen como países que menos van a crecer en un futuro, debido también a que son los menos industrializados teniendo tasas de agricultura muy altas. Sin embargo, aquellos con tasas más bajas de agricultura como Malasia o Brunei, cuentan con índice de complejidad superior. Por lo tanto, se cumple que aquellos países más industrializados suelen estar más desarrollados económicamente y con mejores expectativas futuras.



Una variable que permite aumentar el PIB y por lo tanto, esencial para la economía, es el gasto en educación. La inversión en educación eleva la productividad del individuo en su área de trabajo y como consecuencia el aumento en su ingreso será mayor. Myanmar, poco industrializado, también es aquel que gasta poco en educación, teniendo el PIB más bajo respecto a todos los países de la ASEAN. Existe un problema de competencias de los docentes en el sistema educativo de Myanmar debido a la ausencia de una remuneración basada en el rendimiento y la garantía de un empleo permanente. Malasia, sin embargo, ha apostado por aumentar este gasto, como herramienta para un mayor PIB, el cual va aumentado a lo largo de los años.



En siguiente lugar, los flujos de inversión extranjera directa (IED) hacia el Sudeste asiático están creciendo de forma continuada como Malasia, que introdujo una gran batería de incentivos a la inversión privada, entre ellos también para la atracción de la inversión extranjera directa, aunque se interrumpió temporalmente durante 2020 debido a la pandemia. El aumento de las nuevas empresas y los unicornios está causando un rápido crecimiento de los fondos globales y regionales de capital privado y capital de riesgo en la región, lo que tiene una serie de implicaciones con la inversión extranjera. Manteniéndose en el primer puesto está Singapur (21,65) , con una gran diferencia al resto y Tailandia (-0,97) es el único que registró un descenso drástico.



A continuación, para conocer los ingresos y pagos que realiza un país a través de las importaciones y exportaciones de bienes y servicios, se utiliza la balanza comercial que también permite analizar situaciones de superávit o déficit. Sin mencionar Singapur, que sigue manteniéndose en el primer puesto, se encuentra Malasia (6.44) , que como ya se ha mencionado anteriormente, se encuentra rumbo a la prosperidad. En el otro lado se encuentra Filipinas, en donde el déficit público continuó aumentando como resultado del mayor gasto público para solucionar los continuos confinamientos.


En último lugar, la medida de los desequilibrios en el enfoque macro socio-político en el Sudeste asiático tiene cierta importancia y lo analizamos a través del índice de inestabilidad política, el cual muestra como Myanmar (3,625) , tiene una serie de factores de riesgo en su región que le impiden el crecimiento económico en un futuro. En cuanto al resto de países, Camboya (3,25) también debe realizar una serie de cambios, comenzando con su dirigente Hun Sen que ha terminado con la oposición y planea una sucesión dinástica que elimina las esperanzas de un sistema democrático y desarrollo económico.



En conclusión, los países fundadores de la Asociación de las Naciones del Sudeste asiático se han convertido en prósperas economías, gracias a haber aumentado el gasto en variables vitales de la función de producción, transformando sus antiguas sociedades agrícolas en sociedades industriales, como han sido los casos de Singapur, Malasia o Brunei. A pesar de que haya países más atrasados del Sudeste asiático, es visible como cada vez realizan más mejoras y existen muchas posibilidades de que el futuro económico mundial esté allí.

(Fuente de todos los datos: https://datos.bancomundial.org ) 

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